Ley Lakanal
Joseph Lakanal (1762-1845), es el precursor del sistema educativo francés. “Ley Lakanal” en la cual los estudios escolares de escuelas elementales, se basaban en la educación política, procurar implementar sentimientos democráticos y patrióticos, se crean las escuelas centrales para afrontar el siempre del aplazado problema de la enseña secundaria, esta ley se refunde en nuevo decreto, “carta escolar y testamento escolar, en el que se recogen medidas para la enseñanza primaria, las escuelas centrales, las escuelas especiales, e instituto nacional de silencias y artes”. Su finalidad era política y científica, una formación científica, laica y republicana (Martínez, 2014).
Los profesores eran nombrados por el departamento, propuestos por un jurado de selección ya que las escuelas centrales insistían en tener una cultura predominante y científica, con débil base humanística y literaria; neutra en cuanto a la enseñanza de la religión, los alumnos escogían los recursos que les interesaba seguir, debía pagar por la enseñanza. Así mismo en el año de 1794crea la primera escuela normal de maestros (Abbagnano y Visalberghi 1992).
En febrero de 1795 se vota un proyecto de ley presentado por Lakanal que crea las Escuelas Centrales para afrontar el siempre aplazado problema de la enseñanza secundaria. Esta ley, recortada en cuanto al número de las Escuelas Centrales, se refunde en un nuevo decreto, al que se ha llamado la carta escolar y el testamento escolar de la Convención, y en el que se recogen medidas para la enseñanza primaria, las Escuelas Centrales, las Escuelas Centrales Una de las realizaciones más significativas de la Convención fueron las Escuelas Centrales, escuelas de carácter secundario que constaban de tres ciclos de dos años cada uno (12-14, 14-16, 16-18 años). Su finalidad era política y científica: una formación científica, laica y republicana. Los profesores eran nombrados por el departamento a propuesta de un jurado de selección. Estaban bien remunerados y tenían plena libertad para organizar sus cursos. Las Escuelas Centrales insistían en una cultura predominante científica, con débil base humanística y literaria y neutra en cuanto a la enseñanza de la religión. Los alumnos escogían los cursos que les interesaba seguir. Debían pagar por la enseñanza, y aunque había lo que hoy llamaríamos becas, la mayor parte de ellos pertenecían a la burguesía, el funcionariado y algunos a la antigua aristocracia. Como conclusión tenemos que se buscaba un cambio en la transformación del estudiante qué tuviera las capacidades de desarrollar distintas actividades.
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