Juan Jacobo Rousseau


Nació en Ginebra, Suiza, el 28 de junio de 1712 y murió en Ermenonville, Francia, el 2 de julio de 1778 debido a un paro cardíaco). Fue un polímata: escritor, músico, filósofo, botánico y naturista franco-helvético. Fue huérfano a temprana edad, su madre falleció a los nueve días de dar a luz. Fue criado por su tía y por su padre, un modesto relojero, maestro de baile que tenía poca capacidad y voluntad para educar al pequeño. Rousseau consideró a sus tíos paternos como sus segundos padres, debido a que desde muy pequeño pasó mucho tiempo con ellos y fueron los que lo cuidaron, Rousseau considero que niñez fue la etapa más feliz e ideal.



Aportaciones
  • En 1750 la Academia  de Dijon premió su Discurso sobre las ciencias y las artes, que le reporto fama inmediata; en él, Rousseau puso en cuestión el optimismo progresista del enciclopedismo y defendió la tesis del papel corruptor de las costumbres desempeñado por las artes y las ciencias, una idea que retomó, en 1755, en su Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres. Acrecentada su celebridad por el estreno de una ópera (1752) y de una comedia (1753), así como su aportaciones a la teoría musical, en 1754 los escrúpulos le hicieron abandonarlo todo y regresar a Ginebra, retornando al calvinismo.
  • En 1766 fue a Inglaterra invitado por D. Hume, y al año siguiente regreso a Francia. Poco antes de su muerte, el marqués de Girardin lo acogió en su posesión de Ermenonville.
  • Rousseau es autor de una doctrina por la cual piensa que el hombre es naturalmente bueno, que la sociedad corrompe esta bondad y que, por lo tanto, es necesario volver a la  virtud primitiva. De aquí un vivo sentimiento de la naturaleza y un gusto por la soledad que acompañaron  a Rousseau hasta su muerte.
  • Rousseau es un gran precursor. Sorprende encontrar entre las páginas del Emilio planteamientos —e incluso maneras de formularlos— que siglo y medio después se encuentran en obras de psicólogos y pedagogos de renombre y que doscientos anos más tarde van a formular corrientes tan poco sospechosas de filo-clasicismo como la de la des-escolarización. Su planteamiento del problema educativo, su forma de entender los procesos de aprendizaje, el modo como encara la relación profesor-alumno, hacen de Rousseau un critico de la educación de actualidad.
  • Rousseau supo ver que el desarrollo del niño pasa de edad en edad por estadios sucesivos; el Emilio está dividido en cinco partes que no son sino cinco etapas evolutivas de la infancia; etapas, por la demás, como lo señala Wallon, que son, prácticamente, las que hay se formulan y, con toda probabilidad, las de siempre.
  • La educación de la naturaleza es, según Rousseau, el desarrollo interno de los órganos y facultades congénitas; los hombres, a través de sus enseñanzas, muestran cómo utilizar ese desarrollo; y, por fin, las cosas educan en la medida en que se actúa sobre ellas, en la medida en que hay una experiencia sobre ellas. La educación de los hombres es lo que ahora nos interesa. Vamos a analizar los principales postulados de la nueva actitud sostenida por Rousseau.
La educación que se imparte a los niños en lo referido a la moral, es señaladamente dogmática no solo en la forma, sino también en el contenido. El niño no entiende los valores que se le imbuyen, pero, como no tiene otra alternativa, los asimila pasivamente y los arrastra después con la misma irresponsabilidad que se le inculcaron. Por este motivo, Rousseau aconsejaba: «Desechad, pues, todos esos misteriosos dogmas que para nosotros solo son palabras sin ideas, todas esas doctrinas estrafalarias, cuyo vano estudio suple las virtudes de los que a ellas se entregan y sirven para convertirlos más en locos que en hombres buenos».



Obras
En 1753 volvió a Francia y se instaló en Montmorency, consagrándose a las que fueron sus tres principales obras:
  • Julia  o  La nueva Eloísa (1761), novela sentimental.
  • El contrato social (1762), que señaló el principio de la idea de  soberanía popular y de los sistemas democráticos;
  • Emilio (1762), novela pedagógica cuya parte religiosa le acarreó la condena inmediata por parte de las autoridades parisienses.
  • Las confesiones y Reflexiones de un paseante solitario (obras póstumas). 
Rousseau falleció de una parada cardio respiratoria los 66 años, el 2 de julio de 1778, en Ermenonville, Francia. Fue enterrado como un héroe nacional en el Panteón de París, en 1794.



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